Siento un profundo dolor en el alma. Y es que Dios me a quitado un hijo... si, mi único machito regalón. Rafael y su hermana hicieron que recuperara ese instinto maternal que creí, que no tenía.
Hijo: Se que durmiendo junto a tu madre y hermanos, estás protegido y calientito, sin dolores y descansando. Pero este egoísta sentimiento de desesperación y angustia que me agobia me supera. Y es que extraño tu ternura, tus ronroneos y tu presencia. Extraño estar en la ducha y no verte encima de la ropa que me voy a poner, no verte encima del parlante al almorzar o tomar once, creyéndote adorno. Extraño dar la llave del agua y no escucharte pedir 'a-gua' como me repetías insistentemente.
Quiero darte las gracias por ser como fuiste conmigo, por ser un ser de infinito amor e infinita pureza. Por ser uno de mis hijos, por dejarte amar como lo hago. Por llenar, junto a la gorda, todos mis espacios. Por ser 'la cosa' mas dulce y bella que ha existido en mi vida. Extrañaré tus abrazos y besitos, tu lenguita al beber, cuando dormías y te parecías a mi tata y tu mirada pura y cristalina.
Te amo y siempre lo voy a hacer, porque dejaste tu huellita tatuada en mi alma y mi corazón.
RAFAEL ANTONIO
(29 de septiembre de 2003 - 05 de julio de 2010)
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