sábado, 17 de julio de 2010

MI ENCUENTRO CON CASABLANCAS Y HAMMOND JR.

Si bien estaba acreditada, el problema de acceso, me tenía algo angustiada. Cuando las aguas se calmaron un poco y logramos poner las cosas en orden, pudimos entrar al cuarto de Hotel en el que nos esperaría tan amablemente, el Señor Julián Casablancas.

Recuerdo que entramos junto a un guardia, que medía por lo menos, unos 2 metros y medio de altura, corriendo por unos largos pasillos de rojas alfombras, donde nuestros zapatos se perdían al caminar. De pronto, el 'gigantón' se detiene frente a una blanca puerta, donde había un letrero que decía: "Keep Out". Golpeó y abrió una amable mucama, que regalándonos una sonrisa, continuó con sus quehaceres domésticos. 'Gigantón' entró, tardó unos 4 o 5 minutos (que para mi parecieron horas) por fin abrieron la puerta. Yo, con un nerviosismo que no podía aguantar. Sale el hombre gigante y nos dice: 'En 5 minutos te llamarán, solo pueden entrar 2'.

Eramos 5 personas en el corredor. Yo, la única periodista, por lo tanto mi ingreso era inminente. Luego de una extenuante pelea, decidimos que debíamos entrar el fotógrafo y yo. Entre bromas y alegatos con mi colegas de viaje, se vuelve a abrir la puerta. Nos quedamos callados y mirándonos con cara de terror.

De pronto una amigable voz sale del cuarto: - Miss inside, please!

Con los nervios de punta, me acerco hacia el umbral de la puerta y se acerca un gentil Albert Hammond Jr, acercándose hacia mi (dentro de la habitación se sentía un aroma inigualable e indescriptible).

¡Hola! -Fue lo único que atiné a decir.

Él, sonriendo contesta con un español apenas entendible: 'Hola, bienvenida, te esperamos'.

Caminamos con Albert y mi fotógrafo, hacia una puerta, donde mi vida cambiaría para siempre. Si, y no es una 'Frase Cliché' porque me cambió periodisticamente.

Albert abrió la puerta y ahí estaba él, el mismisimo Julian Casablancas, vestido impecablemente con una polera blanca, una chaqueta de jeans y unos pitillos negros, sentado en un gran sillón de cuero blanco.

Al mirarlo, quedé anonadada, las palabras no me salían. Se acercó y me dio la mano.

Al comenzar le pregunté si entendía el español y como quería que lo entrevistara. Me indicó que prefería el inglés, porque era su idioma madre.

Hacia la mitad de la entrevista, apareció Albert, con quien tuvimos un muy buen 'feeling' y una química inigualable.

Conversamos bastante, fue muy entretenido y divertido, con tallas y risotadas, como si estuviera con mis amigos de toda la vida. Fue una entrevista muy amena y me sorprendió rotundamente, porque pensé que con el éxito que tienen, tomarían otra actitud con alguien que viene desde 'el culo del mundo'.

Al terminar de entrevistarnos, Albert me dio un fraternal abrazo y me prometió que no sería la última vez que nos veríamos. En tanto Julián, nos acompañó hacia la puerta y entre risas nos despedimos con un gran abrazo y un beso que jamás nunca olvidaré.

Realmente son unos tipos geniales, simples y sencillos.

¡¡¡TODOS UNOS ROCKSTARS!!!

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