Ya no soy esa niña linda y alegre que algún día fui.
Me convertí en un payaso, un bufón con sonrisa falsa.
Una caricatura con ribetes tristes, corazón desolado y coraza de fuerza.
Me convertí en un monstruo, movilizado por sus propias frustraciones.
Un ser sin aspiraciones, sin colores, sin vida.
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